Si alguna vez hubo duda sobre la dirección de mi vida esta fue entre trabajar con animales o con personas, en cualquier caso, a favor de la salud.
El movimiento siempre ha sido natural para mí y las ganas de aportar una mejor vida a los demás también, así, cuando en el 2008 me encontré con el pilates, la vida tomó su rumbo propio. El pilates clásico es mi base pero seguido llegaron las ganas de descubrir el yoga y la meditación. Y sin ir lejos de ese primer curso de pilates realicé el «practitioner PNL», programación neurolingüistica para ayudarme a mejorar la comunicación en mis clases.
He encontrado en el pilates mi herramienta de trabajo aunque el bienestar está en toda la información que le damos al cuerpo. Durante muchos años pasé un desorden alimenticio, lo que abrió un especial interés por la nutrición.
En el 2015 hice un curso de nutrición macrobiótica energética, lo que me llevó a cambiar varias cosas, principalmente que mi comida fuera desde entonces orgánica.
Afortunadamente y naturalmente, he encontrado un hobby y un trabajo que es cuidarme desde los cuatro costados, cada día con una visión más holistica.